La penetración del narcotráfico en instituciones del Estado, civiles y militares, así como en entidades económicas, junto a la presencia en el país de sicarios y células internacionales, mantienen estremecida a la sociedad dominicana que observa intimidada la ola de violencia y criminalidad que han alcanzado estamentos de las autoridades judiciales y de las agencias oficiales persecutoras de ese delito, en clara advertencia del poder que posee el crimen organizado.
Los frecuentes enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes, ajustes de cuentas y atentados, en los que han caído agentes y oficiales de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y de la Policía Nacional, han alcanzado niveles escandalosos.
Sólo durante los pasados siete meses, al menos 6 coroneles, 5 mayores, 11 tenientes y 8 sargentos, han sido vinculados al trasiego de drogas narcóticas, por lo que han sido separados de las filas; otros permanecen arrestados bajo investigación. Además de los miembros de las FFAA y la PN, en el mismo período enero-julio 2008, han sido atrapados 38 agentes de la DNCD en el criminal negocio.
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