Por el Lcdo. Bartolomé Pujals Suárez.
El 15 de diciembre del pasado año 2009 un ideal forrado de esperanza anhelante de un país más justo y equitativo se hizo de una voz. El reconocimiento por parte de la Junta Central Electoral del Partido Dominicano por el Cambio, fue razón de suspiro para muchos y motivo de terror para otros tantos.
Este movimiento-hoy partido-que inició fruto de un ideal puro, coherente y sobre todo patriótico impelido por el Ing. Eduardo Estrella demostró mediante el reconocimiento como partido que los calladitos son más, y que sin duda son más los oprimidos que los opresores.
Es por eso que hoy podemos decir que llegó la alternativa que tanto esperábamos y que por vez primera hará posible el ejercicio de un voto consciente y sobre todo confiando en que nuestros pesares serán sanados.
Antes era posible preguntarse que hacer cuando todos nuestros recursos, conocimientos y acciones no lograban derribar el muro de la corrupción y la injusticia, sin embargo, hoy esa inquietud ha quedado resuelta, y es a través de la aparición del Partido Dominicanos por el Cambio.
La voz silente y quejosa de tantos necesitados y olvidados ya tiene el medio para ser efectivamente escuchada y demostrar sin temor a equívocos que se necesita y se quiere de un cambio en esta sociedad.
Llego el ninguno que tanto esperábamos, personificado en la figura de Eduardo Estrella, un hombre que ha demostrado que su mente y corazón se mueve por principios, no por conveniencias pasajeras, que actúa con carácter y no con demagogia, y que profesa una doctrina defensora de los intereses y aspiraciones del pueblo.
Es hora de hacer sinergía en por de esta causa que ha demostrado mediante su reconocimiento legal, que cuenta con el apoyo popular del pueblo, el deseo de representación de muchos y que conoce cual es la solución a los males que flagelan inclementemente a la gran mayoría de los ciudadanos de este noble país.
Es hora de decir basta ya al narcotráfico, al lavado de dinero, la delincuencia hiperbólica, la aparatosa impunidad, la corrupción galopante y despiadada, la ultra expansión de la brecha entre clase, el desorden altisonante, y sobre todo la indiferencia ampulosa y enfática que impera en esta nación, y esto solo lo lograremos de la mano del Partido Dominicanos por el Cambio, un partido del pueblo y para el pueblo, diferente, novedoso, capacitado y que esta al tanto de los males que afectan a este país y la premura que requieren la solución de los mismos.
Desde los albores de dominicanos por el cambio este ha demostrado su compromiso con la verdad, con el pueblo y con cada uno de nosotros. Es hora de darle una oportunidad a la opción que realmente presenta y demuestra su vocación de servicio y de poder para guiar a la República Dominicana, por los senderos del progreso, por los senderos de la justicia, por los senderos de la equidad. Por un lugar digno para vivir, por un lugar digno para que nuestros hijos crezcan, digamos no a lo que esta, a lo que estuvo y a lo que quiere seguir, y digamos si de manera enfática a lo que quiere venir. Hagamos del tan prometido futuro nuestro presente, porque con dominicanos por el cambio, créanme será diferente.
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